Nunca falta la diversión en el Oceaneer Club y el Oceaneer Lab

Las actividades en las que se puede participar a bordo de los barcos de la Disney Cruise Line parecen no tener fin: hasta tal punto, que más de un pasajero se habrá encontrado repitiendo experiencia porque a sus niños les quedó por probar tal o cual cosa. Y es que las actividades son tan participativas que el tiempo se les pasa volando y siempre parecen quedarse con ganas de más.

Los niños de 3 a 12 años de edad son los que gozan de un mayor elenco de actividades. Por ejemplo, en tres de los barcos de la compañía (Disney Fantasy, Disney Dream y Disney Wonder) podemos encontrar el “Disney’s Oceaneer Club”, un oasis que en el Disney Wonder está inspirado en el País de Nunca Jamás de Peter Pan y en los otros dos es un mundo mágico de hadas, dragones y otras criaturas fantásticas. En el Disney Magic, este ha sido substituido recientemente por la Marvel’s Avengers Academy, donde los niños pueden convertirse en pequeños superhéroes para desbaratar los planes del malvado Red Skull. Tenemos además el “Disney’s Oceaneer Lab”, que en el Disney Wonder es un mundo cósmico presidido por el héroe espacial Buzz Lightyear y en los otros tres barcos se convierte en un refugio de piratas que los niños pueden explorar en busca de tesoros y aventuras. El Oceaneer Club y el Oceaneer Lab ofrecen además otras actividades puntuales, como la posibilidad de unirte a los temibles piratas del Capitán Garfio en sus aventuras o participar en una misión con los personajes de Toy Story.
Para quienes prefieran un entretenimiento más relajado también hay otras actividades, como el Baile de Cenicienta, quien enseñará a los niños y niñas las maneras de la realeza Disney, la divertida Escuela de Detectives de Goofy, o una ginkana con el simpático Stitch.
Para los más pequeños (de 3 meses a 3 años de edad) existe el servicio de guardería “Flounder’s Reef Nursery” (a bordo del Disney Wonder) o “It’s a small world” (en el Disney Fantasy, el Disney Dream y el Disney Magic). El primero está inspirado en el mundo subacuático de La Sirenita, mientras que el segundo recrea a pequeña escala uno de los parques temáticos de Disney. En ambos casos, los niños están supervisados y acompañados de cuidadores formados, por lo que los padres pueden ir por su cuenta mientras tanto; para más tranquilidad, un servicio de telefonía móvil a bordo del barco permite a los cuidadores y a los niños comunicarse con los padres en cualquier momento y viceversa.

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