El sector de lujo esta inusitadamente activo. Si en el pasado pecaba de ciertas dosis de conservadurismo, estamos en una especie de revival, y con entradas especialmente atractivas y aun más exclusivas. El Seven Seas Explorer, a punto de entrar en servicio y promete dosis de excelencia y lujo inimaginables.
Regent Seven Seas son palabras mayores, y aunque es ciertamente desconocida para muchos españoles ocupa un puesto de honor, como una de las compañías más lujosas del mundo. Surge en 1992, cuando la cadena de hoteles Radisson, decide trasladar sus niveles de lujo también al incipiente sector de los cruceros. La recordamos por ser una de las pocas empresas que operaba un sofisticadísimo catamarán, que era el centro de atención en cada puerto. Los tres barcos actuales van entrando a partir de 1999. Tres naves prácticamente iguales, con una idea clara: tamaños medios que son perfectos para ofrecer los niveles de excelencia, que cualquier crucerista experto demanda.
Entra en el seno de la empresa de Capital Riesgo Prestige Holdings, junto con Oceania en 2006, y ha pasado a ser otro activo de Norwegian Cruise Line recientemente. Pero la historia es lo menos interesante. Mucha gente se pregunta, frente a unas tarifas en principio altas, como es navegar en la compañía. Tuve la oportunidad de navegar en el Seven Seas Voyager, y creo que hay cinco razones por las que recomiendo a la compañía.
1) Compañía con todo incluido (all inclusive)
Muchas veces, hay compañías que se vanaglorian de no tener costes extras. Luego, comprobamos como la realidad no se corresponde con la ficción, y surgen las primeras sorpresas. En principio las tarifas de Regent no son bajas, pero siempre se esfuerzan en sacar comparativas con otras navieras aparentemente igualmente lujosas, y remarcan la necesidad de ver todo lo que te ofrece Regent dentro del precio pagado. Por supuesto las bebidas estan incluidas en cualquier barco en cualquier esquina.
No es nada destacable, porque es la pauta de cualquier naviera de lujo. Pero también tendremos que olvidarnos de pagar por las excursiones, usualmente por internet, pasando por estacias pre y post crucero, y hasta las conexiones aéreas, traslados, y hasta bonos en el Spa y en las tiendas de sus barcos. No es que ahorremos, pero resulta un producto realmente competitivo sin costes extras.
2) Cocina gourmet
La cocina es un punto importante en toda naviera. Regent pone especial cuidado en todas su oferta gastronómica. El Compass Rose funciona como un refinado restaurante principal con turno abierto, y ambiente casual en donde se almuerza y cena, rodeado de un mundo de elegancia en vajillas, cuberterías, servicio, y sobre todo calidad infinita en sus platos. Además, sin coste nominal, podemos disfrutar de los placeres de una brasería típica americana, en donde el Surf & Turf es la estrella del Prime7. El Signatures en tonos amarillos y grises, y unos cubreplatos de Versace funciona como elegante restaurante con influencias francesas.
El buffet se transforma en el Sette Mari, y se viste de forma especial para las cenas, con un delicioso e impoluto ambiente, y una terraza exterior perfecta para cocina italiana «alfresco», y quizás uno de los mejores buffets de antipasti del sector. Además del Pool Bar & Grill, con ofertas más casuales, debemos disfrutar de tés perfectos en donde el «chocolate tea» es eje central de este evento gastronómico. No hay nada mejor que la llamada In suite dinning. O sea cenas plato a plato, en la intimidad de tu suite para esas noches tranquilas mirando al mar.
3) Espacios infinitos
En la gama de los cruceros de lujo hay siempre un eterno debate. Lo pequeño es lo más exclusivo. Cierto que los barcos de menores dimensiones, nos permiten no tener que pasar por espacios abarrotados, pero en muchas navieras pensaron que un gran número de pasajeros del sector premium, no quieren renunciar a la estabilidad de unas dimensiones más amplias. Los barcos del Regent comienzan a parecer grandes, pero siéndolo, parece que los barcos esta vacíos. El lobby es inmenso, y el espacio en zona de tiendas es alarmantemente amplio. La cubierta de piscina resulta amplísima, y en todos en cada una de las ambientes intemporales, clásicos y deliciosamente decorados del barco se respira espacio.
Un gran teatro sin columnas, y donde no debemos pelearnos por obtener los mejores sitios, bares en donde sobran buenas butacas, y ascensores por los que jamás esperarás son perfectos para sentirte a tus anchas. Con poco más de 40.000 toneladas solo lleva 768 pasajeros y 451 tripulantes.
4) Decoración cuidada
Al entrar en el lobby de los barcos de Regent respiramos un aire de contenida elegancia, y simplicidad escandinava en cada esquina. No en vano los barcos han sido diseñados en los países nórdicos. Se caracterizan por una serena belleza, cuidado en sus materiales en donde dominan los mármoles, maderas y tejidos con una exquisita combinación de tonos y texturas. Las zonas comunes se concentran en cubiertas 4, 5 y 6 y hay esquinas especiales, que desde el primer momento te harán sentir como en casa, o en un hotel boutique.
Me encanta tomar un cocktail Vester 007 en el Voyager Lounge, con una íntima iluminación, acompañados de las tapas gourmet cada tarde, antes de la cena. El Horizon Lounge, que ha sido renovado, es la parte más luminosa; y es en donde se concentran las actividades más destacadas. Espacio generoso en las cubiertas exteriores, spa, biblioteca, surtidas tiendas, destaca el Observation Lounge, en lo más alto de barco, y que estrena una lujosa decoración en toques blancos, y negros, que es maravilloso para disfrutar de la tranquilidad de navegar con nuestra bebida favorita, escuchando musica mirando al mar.
6) Las mejores suites del sector.
Hay algo que une al Seven Seas Voyager y el NeoRiviera que lleva el doble de pasajeros. Y es que comparten cascos. Con esta cantidad de espacio doble, el Voyager al igual que los otros barcos de la compañía no tienen cabinas interiores, con lo que las exteriores (todas ellas, y casi todas con balcón) son el doble de grande que cualquier camarote de lujo. Es difícil ver una naviera de lujo con un despliegue de metros cuadrados tan notable. Cierto que las de gran lujo son opulentas, pero todas ellas, hasta más «básicas» son especialmente agradables. Tonos discretos, maderas clásicas y claras, y mobiliario simple pero de madera maciza. Yo viajé en la categoría más sencilla, y podía disfrutar del
-Camas king size
-Mini bar personalizado
-Espaciosos vestuarios y baños de mármol, con productos L’Occitane
-Programa interactivo en la pantalla plana, con cien películas de estreno
-Botella de champán de bienvenida-Servicio de limpieza las 24 horas
-Fruta fresca, y flores de bienvenida
-Detalles como zapatillas, albornoz, paraguas, manta cashmere.
En las categorías superiores, se ofrece una amplísima gama de comodidades, que van desde mayordomos, y preferencias en un montón de servicios, descuentos y detalles de lujo como prismáticos, máquinas de cafe Illy, amenities de Hermes, o puerto «dock» para Iphone y otros productos de Apple.