El viajero moderno ya no busca unas vacaciones convencionales. Busca experiencias inolvidables, relax combinado con aventura, gastronomía y lujo, hacerlo todo o no hacer nada. La actual cultura del ocio ha ensalzado el valor de las vivencias, y eso es lo que queremos, vivencias que perduren en el recuerdo para toda la vida.
Bajo esta premisa, la compañía de cruceros de lujo, Oceania Cruises se diferencia de la competencia, ofreciendo una combinación única de exclusividad, gastronomía gourmet e itinerarios excepcionales. Aquí te dejamos sus 3 puntos fuertes:
- Elegantes buques de tamaño medio para tan solo 684 o 1.250 pasajeros a bordo, que visitan puertos exclusivos y pueblos costeros, inaccesibles para los grandes buques. Sin aglomeraciones, ni esperas, disfrutará de un ambiente extraordinariamente relajado.
- La refinada gastronomía de Oceanía Cruises, es uno de sus puntos fuertes, aclamada como la mejor en alta mar, y dirigida por el célebre y reputado chef francés Jacques Pepin. Hasta seis restaurantes alternativos de altísima calidad están a su disposición sin cargo alguno. Desde genuinos platos italianos, hasta delicias asiáticas o francesas. Si deseamos tomar refrescos, agua embotellada, café, té o zumos, no tenemos que pagar ningún suplemento, todo esta incluido sin límite.
- El amplio programa de actividades a bordo, refleja el abanico de intereses de los viajeros que saben disfrutar de las exquisiteces de la vida. Desde escuchar a un virtuoso pianista interpretar un concierto de Bach o devorar las horas de travesía en la biblioteca de estilo inglés, hasta unirse a una clase de Pilates o disfrutar de un relajante masaje en el Canyon Ranch Spa Club. En el los buques Marina y Riviera puede incluso hacer una clase práctica de cocina en la escuela “Bon Appetit Culinary Center”.
Para completar la experiencia Oceania Cruises ofrece este verano una serie de salidas por Europa la promoción «OLife Chioce», una serie de ventajas a bordo a escoger entre paquete de bebidas, créditos a bordo o Excursiones incluidas, para no tener que preocuparse absolutamente por nada a bordo, ni lamentar cargos inesperados.